Desde muy pequeño, mi padre me enseñó el valor del trabajo duro. Mi padre era propietario de gasolineras Shell y empezó a llevarme a trabajar cuando yo tenía cinco años. A los siete ya echaba gasolina. Recuerdo que cuando salía corriendo a saludar a un cliente, mi padre me recordaba que debía "poner cara de entusiasmo, levantar los pies y sonreír". Me enseñó que cada persona que entraba en la gasolinera se merecía una experiencia increíble.

Me encantaba trabajar en la gasolinera. Mis primeras experiencias me enseñaron que quería una carrera trabajando directamente con la gente. Un día en la universidad, necesitaba ver a un dentista, así que pregunté por ahí y me recomendaron ver a un dentista llamado Dr. Frank Muñoz. Cuando entré en su oficina, el personal era acogedor, amable y me saludó por mi nombre. Realmente parecía que todos amaban su trabajo. Por primera vez, sentí que un profesional de la salud se preocupaba de verdad por mí.

Entonces su higienista me hizo la mejor limpieza de dientes que me habían hecho en mi vida. Tal vez porque mi abuelo había sido dentista y la idea estaba de algún modo incrustada en mi subconsciente, pero aquel día decidí ser dentista.

Desde entonces, he construido la oficina de mis sueños. No lo he hecho solo: estoy rodeado del mejor equipo. Lo más importante, no podría haber logrado mi sueño sin el apoyo de mi esposa, Sarah, que siempre ha sido mi mayor animadora. Como el orgulloso propietario de Dente Complete Dentistry, espero conocerte y ayudarte a lograr la sonrisa de tus sueños.